CAINEM - Cámara Internacional de Emprendedores
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Cuando la empresa es responsable de su crecimiento, toma las decisiones necesarias
para su desarrollo. No hay decisiones buenas o malas, simplemente hay decisiones. El
valor que le damos a cada decisión es simplemente un juicio, y depende de la
interpretación que le demos a la situación. Es como decía Thomas Alba Edison,
inventor de la bombilla, cuando afirmaba: "No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de
como no hacer una bombilla." Ciertamente esta afirmación es un juicio que damos a
una situación y eso nos abre o cierra puertas.

Cuántas, puertas se nos han abierto o cerrado a partir de nuestros juicios? Creemos
que vemos las cosas como son pero la verdad es que las vemos como somos; cada
persona lleva consigo un conjunto de interpretaciones en su mente, según su historia
y su experiencia, que le permite entender las diferentes ideas, y en consecuencia
actuar o dejar de actuar. Partiendo de esto, entendemos que vivimos en mundos
interpretados, y a partir de nuestras experiencias e historia le damos sentido al
mundo de las ideas.

Es necesario ampliar las interpretaciones de las personas y en consecuencia de las
organizaciones? Y volvemos a la idea inicial de este artículo donde aseguro de que
?vivimos en mundos interpretados? donde la verdad de las cosas siempre es
cuestionable y más viniendo de la persona u organización. Esta interpretación permite
ampliar nuestra mirada hacer que se expandan las posibilidades de acción.

Y cómo hago para ampliar esa mirada de mí mismo o de mis trabajadores?. En primer
lugar los cambios empiezan desde la individualidad de cada ser. Cuando entendemos
que no tenemos la verdad en nuestras manos, iniciamos un proceso de análisis y
comprensión donde la escucha, respeto y apertura al otro se hace más significativa y
genera nuevos sentidos a las interpretaciones que esta persona posea. Esto a su vez,
se permea en una amplia mirada de la verdad que puede ser conjeturable. Al entender
al otro en su particularidad e historia nos hacemos más amplios en las
interpretaciones y se amplía la capacidad de acción.

Cuando entendemos que tu verdad no es mi verdad y que ambas son conjeturables,
nos hacemos responsables de nuestras interpretaciones y en consecuencia de
nuestras acciones. Lo contrario sucede cuando una persona u organización cree que
hay una verdad inmutable, y partiendo de las premisas que pueden relacionarse con
la capacidad laboral propia y del trabajador, incluso el precio del dólar, de los
materiales, entre otros. Nos impulsan a tomar decisiones que en ocasiones nos
convierten en víctimas sin hacernos responsables de nuestras acciones, sino a
terceros elementos que son difíciles de controlar. Y allí es cuando no se
responsabilizan de las acciones tomadas y se comienzan a responsabilizar a otros
elementos que siendo conjeturables son asumidos como verdades. Por ejemplo con
frases como: ?no me informaron? pensaba que podías o podía hacerlo? Fui
engañado? no me dijiste o me di cuenta de?? suelen reflejar la postura de niño o
víctima de una organización. Cuando en realidad y partiendo de la infinidad de
nuestras interpretaciones se puede asumir un a postura distinta y responsablemente
de las decisiones tomadas. Por tanto lograríamos escuchar frases como: ? soy
responsable de no haberme cerciorado de tal situación para ser informado? soy
responsable de creer que podías o podía hacerlo? decidí tomar estas acciones sin
cerciorarme de las consecuencias? no llamé ni fui profundo en el análisis de esta
situación para??

Cuando una organización asume la postura de víctima se predispone a no hacer nada.
Pues la decisión está fuera de sí o y en manos de en un tercero, esto es muy grave,
pues implica que organización este destinada a no cambiar perdiendo el control, de las
cosas y se empiezan a escuchar frases como ?No lo queríamos así, pero no se pudo
hacer nada para cambiarlo?. Ahora bien, si no hay nada que se pueda hacer, no se tiene
ningún poder ni capacidad para que las cosas cambien y menos se tiene el control de
la situación y así quedan atrapados e impedidos a avanzar, pensando en lo que fue y lo
que pudo ser.

Por lo contrario, cuando una organización asume su postura de responsable se le
abren posibilidades de acción más variadas que cuando se hace de víctima. Y se le
facilita ver las áreas de intervención con mayor claridad. Pues se busca soluciones a
los problemas y se llevan las riendas de lo que sucede para tomar decisiones ante
situaciones adversas. Empresas responsables pueden armar con mayor facilidad su
plan de acción pues hablan con más frecuencia del futuro y les cuesta menos
proyectarse en él. Por último vale considerar que una organización al sentirse
responsable no garantiza su éxito, pero aumenta exponencialmente las posibilidades
de lograrlo.

Mariana Manzano - CAINEM Guatemala