CAINEM - Cámara Internacional de Emprendedores
La importancia de saber comunicarnos correctamente.
Una de los elementos que las personas utilizamos como principal herramienta para interactuar o interrelacionarnos con nuestros semejantes es la comunicación, ya que ésta se utiliza tanto para enviar como para recibir información. La comunicación es un tema bastante amplio que maneja varias características, tipos y elementos que lo constituyen, por lo que en este artículo se hablará básicamente de algunas cosas importantes respecto a este tema.
Es común que en nuestro día a día, durante una comunicación habitual con nuestros padres, amigos, compañeros y demás personas con las que interactuamos, no estamos acostumbrados a manejar y practicar una comunicación de forma efectiva que nos ayude a poder transmitir y recibir correctamente los mensajes. La pregunta que surge ahora es, a qué se le puede llamar una comunicación efectiva? La comunicación parte del principio que para el intercambio de información debe existir un emisor (quién transmite la información) y un receptor (quién recibe la información). El emisor al enviar la información debe saber elegir el canal de comunicación adecuado para que el receptor pueda recibir y, sobre todo, entender el mensaje que se le está transmitiendo. Al recibir el mensaje, debe entender, interpretar y enviar una respuesta (conocida también como retroalimentación) produciéndose así una conversación o un intercambio de información entre ambos. Así se haya elegido el canal de comunicación correcto, es necesario que el emisor se asegure que el receptor comprenda la información para que toda la interacción entre ambos se pueda hacer sobre una misma base. Es necesario además que la información se pueda transmitir en el momento que sea oportuno, es decir en el momento que se necesite, y a quien lo necesite.
Se cree que quien es buen orador, sabe exponer o dar un buen discurso está aplicando una comunicación efectiva, ya que se piensa que comunicarnos correctamente es saber transmitir la información que deseamos, pero la verdad es que para manejar una buena comunicación, ésta debe ser de ida y vuelta, eso quiere decir que se compone de 2 partes fundamentales: saber hablar y saber escuchar.
Se da mucho énfasis en las habilidades de oratoria para saber dar un buen discurso o para hacer una buena exposición. Sin embargo, a pesar de ser muy importantes, éstas están orientadas solamente a saber transmitir un mensaje a una audiencia o público, es decir es una comunicación unidireccional. Pero muy poca importancia se le da a la habilidad de saber escuchar. La habilidad de saber escuchar realmente el mensaje que recibimos se llama Escucha Activa. Como su mismo nombre lo dice, esta habilidad es saber escuchar activamente la información que nos envían. Saber escuchar no es solo recibir el mensaje que nos envían, implica también poder entenderlo, interpretarlo correctamente y sobre todo poder observar atentamente a la persona que lo transmite para poder estas atentos a sus gestos, ademanes y movimientos, captar las emociones que transmite y llegar a entender los sentimientos que refleja.
Existen muchas cosas y elementos a nuestro alrededor que pueden causarnos distracciones y más aún en la actualidad con el avance de la tecnología las personas estamos gran parte de nuestro tiempo pendientes de nuestro Smartphone, Tablet, laptop y diversos dispositivos electrónicos tan necesarios y entretenidos a la vez. Estos dispositivos sumados a las distracciones habituales del medio ambiente que ocurren en todo momento como por ejemplo ver pasar una persona, de pronto escuchar alguna canción, pensar en las siguientes cosas o actividades que tenemos que hacer, irnos con el pensamiento a otro lugar o cualquier otra cosa que nos distraiga, hacen que tengamos la mala costumbre de emplear muy poco la escucha activa, haciendo que se capte sólo una parte de la información y sobre todo no llegando a entender realmente el mensaje que la otra persona nos quiere transmitir. Hemos dicho que la escucha activa es poder entender realmente el mensaje que estamos recibiendo y para eso debemos contemplar lo siguiente:
Escuchar atentamente las palabras contenidas en el mensaje que estamos recibiendo.
Identificar el tono de voz que utiliza el emisor para transmitir el mensaje.
Observar el lenguaje corporal (lenguaje no verbal) que utiliza el emisor cuando transmite el mensaje.
Si se logra captar todos esos elementos podemos decir que estamos realmente escuchando a la persona que transmite el mensaje.
Cuando se transmite un mensaje, éste se compone básicamente de 3 aspectos importantes:
Las palabras, viene a ser el contenido del mensaje que se utiliza para dar significado a lo que queremos decir. Constituye el 7% de la comunicación que se transmite.
El lenguaje paralingüístico, viene a ser el tono o volumen de la voz que se utiliza para transmitir el mensaje. Esto constituye el 38% de la comunicación que se transmite.
El lenguaje corporal (también conocido como lenguaje no verbal), vienen a ser los gestos de la cara y el cuerpo, los ademanes y la postura que una persona emplea cuando transmite el mensaje. Esto constituye el 55% de la comunicación que se transmite.
Esos 3 elementos son necesarios captarlos fielmente para poder entender y comprender realmente el mensaje que estamos recibiendo. Sólo de ese modo se podrá comprender, aparte del mismo mensaje que son las palabras, la forma cómo se está transmitiendo el mensaje. Escuchando el tono de voz que se utiliza (lenguaje paralingüístico) nos podemos dar cuenta si el mensaje se transmite con alegría, entusiasmo, apatía, tristeza, preocupación, desinterés, etc. Observando el lenguaje corporal del emisor podemos darnos cuenta de sus sentimientos, emociones o estado de ánimo. Básicamente al captar el tono de voz y lenguaje corporal podemos darnos cuenta si el mensaje que se transmite a través de las palabras está de acuerdo con lo que vemos y escuchamos.
Una persona puede venir y decirnos: ?Estoy preocupado?. Esa simple frase puede interpretarse de diferentes formas:
Si esa frase lo escuchamos con un tono de voz bajo y el rostro de la persona muestre angustia, estrés, miedo o incertidumbre entonces podemos darnos cuenta que realmente se encuentra preocupada por algún hecho en particular. Lo que nos ha dicho (preocupación) va de acuerdo a lo que refleja.
Si esa frase lo escuchamos con un tono de voz normal y a la vez vemos una sonrisa o una actitud relajada entonces podemos darnos cuenta que quizás la persona no se encuentre preocupada del todo.
Como vemos, a pesar que el contenido del mensaje (palabras) es el mismo, pero los gestos, actitudes y todo lo no verbal complementan y ayudan a definir lo que estamos escuchando. Al escuchar a una persona decir una frase o todo un mensaje completo podemos llegar a entender realmente lo que quiere decir y cómo se siente o qué transmite al decirlo. Esa es la única forma de captar un mensaje fielmente, por eso ahí radica la importancia de dejar de lado todo lo que estamos haciendo o nos distrae y poder todos nuestros sentidos en la persona que nos está hablando. Creo que a todos nos gustaría que nos tomen atención cuando hablamos o cuando queremos que las personas alrededor puedan comprender realmente lo que queremos transmitir.
Otro tema importante cuando nos comunicamos con las personas son los supuestos o las suposiciones que utilizamos o manejamos frecuentemente. Muchas veces damos por sobre entendido algo o suponemos que una situación es cierta sin tener la completa confirmación de ello. Cometemos el error de no confirmarlo o no preocuparnos por ver si aquello que suponemos es verdadero. A partir de ahí nacen los famosos ?yo suponía?, ?yo pensaba?, ?yo imaginaba?, que lo único que hacen es contribuir a crear incertidumbre o no manejar una buena comunicación dando por hecho un tema. La interacción con las personas es una actividad importante del día a día y no podemos darnos el lujo de suponer cosas sin antes confirmarlo o asegurarnos que es cierto. Pensamos que las otras personas piensan o captan las cosas igual que nosotros, o que han estado atentos a todos los puntos de una conversación, o que han entendido el mensaje de un correo electrónico que le hemos enviado. Es habitual escuchar frases como ?pensé que lo habías entendido?, ?supuse que sabías la hora de la reunión?, ?imaginé que sabías que se había cambiado el punto de encuentro?. Y lo peor de todo es que nosotros, los que suponemos, ni siquiera habíamos dado esa información que pensamos la otra persona sabía. Muchas de las discusiones o diferencias entre las personas nacen de la mala comunicación o de suposiciones. Muchas de las guerras en el mundo nacen como consecuencia de no saber comunicarnos o interpretar negativamente algún mensaje que se recibe. Es primordial poder confirmar que la información que se transmite pueda ser recibida y entendida, de ese modo eliminaremos las suposiciones que muchas veces pueden traer consecuencias negativas y malos entendidos.
Como conclusiones finales se puede decir: